Me sorprendió un poco su mal gusto, ese estampado no le quedaba bien. Pero así y todo su apariencia me atrapó enseguida y me pude imaginar con él.
La segunda vez que lo ví pude identificar algunos detalles (buenos y malos) que antes no había notado. Lo conocí mejor, aunque todavía me sentía alejada de él.
La tercera vez que lo ví estaba algo nerviosa. Por fin estaba pasando, ya teníamos más confianza y podía ir a visitarlo cuando quisiera. Su apariencia había cambiado mucho, parecía más grande y despojado.
La cuarta vez que lo ví lo conocieron algunas de las personas más cercanas a mí y fue muy emocionante. También ese día comencé a cambiarlo un poco a mí gusto, inevitable.
La quinta vez que lo ví fui yo quien eligió su futura apariencia. Lo visité mucho más tranquila aunque todavía algo incrédula. Me quedé sóla con él y conocí sus intimidades, sus ruidos y otros detalles nuevos.
La próxima vez que lo vea, será como yo lo imaginaba.
Y después voy a verlo todas las mañanas y las noches.
Él es mi* departamento, por supuesto.
*no es mío mío... pero está bueno nombrarlo así.
4 comentarios:
me encanto tu propuesta...
ahora q guach@ (con respeto, no)pense q tenia otro final
saludos!
Romina M.
yo tb gusto de él!! y planeo estar mucho!
Hola Romi! Me alegro que te haya gustado.. pero no podía tener otro final, porque cuando lo conocí a mi Él de carne y hueso hacía calor.. otra historia
Chan: serás muy bienvenida
Brindo por tu dpto!!! Ya tenes que planear una fiesta de inaguracion!!!
p.d: no sos la unica que deja post un viernes a la noche.. no te sientas sola
Publicar un comentario