Hay algo que pienso cada tanto. Es un pensamiento lindo y que me asalta siempre en los momentos correctos. Todo comienza cuando escucho una canción muy linda, pero no cualquiera. Hay canciones que me gustan desde siempre, desde toda la vida y sin embargo no desatan este pensamiento del que hablo. Tiene que ser la canción para ese momento. Tiene que ser, por ejemplo, un buen tema de reggae mientras viajo sentada en colectivo al atardecer, si corre una brisita mejor. O una canción con muchas guitarras y pianito tranqui mientras me cambio para salir. O mientras no salgo pero no me importa, como hoy. Tiene que ser la canción justa para el momento justo, la canción correcta.
Entonces siempre pienso lo mismo, imagino que ese momento es parte de una película, de esas películas con un soundtrack increíble. Como “I am Sam” o alguna otra que en este momento no se me ocurre. La escena no tiene por qué ser la principal, quizás simplemente sea una de varias que se acomoda dentro de una secuencia de relleno. Pero la canción le queda tan pero tan bien que le arranca al espectador una sonrisa. En mis escenas no suele haber espectadores, la sonrisa es sólo mía entonces.
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4 comentarios:
La posta es hacer algo (por ejemplo, doblar la ropa que estás guardando en el placard) al ritmo de la música y sentirte que estás en un musical a lo Grease o Saturday Night Fever.
Inexplicable sensación de tener tu propia banda sonora, cuando pongo creedence en el auto , me siento en una road movie. (no la de britney , obvio)
Creedence es muyy road movie, es cierto.
Yo me miro al espejo del baño y siento que soy Truman Burbank...
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