Cuando un lunes a la noche termina un curso muy interesante que deja kilómetros de tela por cortar, tanta que sirve para envolver e ignorar todo lo retrógrado que quieran enseñarme en otros ámbitos sobre "la manera correcta de escribir".
Cuando un miércoles a la noche me encuentra en una proyección de una película muy grosa, de esas que te dejan pensando un buen rato.
Cuando un jueves a la noche - a las once de la noche - una clase de pronto se transforma en un seminario/ debate sobre políticas de género, derechos humanos, etc.
Cuando el sábado a la mañana hay que levantarse para ir a cursar, pero qué importa, si a la tarde voy al teatro.
Entonces sé que estoy eligiendo bien y estoy donde quiero estar.
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