No pensaba ceder ante la presión de las guirnaldas y los arbolitos por todos lados.
De hecho en casa no armamos el nuestro, nadie se postuló para la tarea, entonces no se hizo.
No iba a dejar que las compras navideñas pasaran a ser un tema central en mis vacaciones, como tampoco pensaba dedicarle demasiada energía a ningún otro aspecto relacionado con las fiestas.
Cada vez que alguien se despedía con la frase "ah, y si no te veo antes, felices fiestas", mi reacción era una mezcla entre ignorar lo dicho y armar una sonrisa de compromiso y soltar un "igualmente" por lo bajo.
Todo esto, hasta ayer.
Ayer comenzó en mi familia, la grande, la que no se limita a las cuatro paredes de mi casa, el proceso de aclimatamiento a la época.
Ayer llegaron mis tíos desde Alemania, después de haber pisado el país por última vez en el 2006.
Hoy fui a hacer compras, y no pude esquivar las guirnaldas, ni las estrellitas, ni a papá noel en cada esquina.
Y la semana que viene llega mi tío de San Juan, y mis primas desde Alemania. Y claro, se respira emoción, y clima familiero, y preparativos, y regalitos y...
Y bueno, me resigné.
Si no los veo antes, Felices Fiestas!!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario