En noviembre, uno mira, agotado y acorralado por compromisos académicos de todo tipo, hacia el mes de Diciembre como la promesa de dicha completa, con tooodo ese tiempo libre que espera ser llenado por horas y horas de ocio...
En diciembre, ya sin compromisos de estudio, y con tooodo ese tiempo libre entre manos, uno se pregunta cómo es que se pasa tan rápido, entre reuniones familiares, reuniones de amigos que no hay tiempo para ver durante el año, compras navideñas, preparativos para las fiestas, cenas de fin de año... y un poco si, de ocio. Uno mira entonces al mes de enero como la promesa de toodo ese tiempo veraniego libre... será?
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