Hay que entender que, además de una fuerte desorientación en muchos casos y algo de vocación en otros, una de las cosas que nos mueve a estudiar Ciencias de la Comunicación (por hablar de mi carrera, pero podría extenderse el criterio a todas las de sociales, sospecho) es un incontrolable deseo de no ver nada similar a un número nunca más. Y salvo por excepciones - alguna que otra materia se empeña en enseñar algo de estadística, cuadros y esas cosas - tenemos bastante éxito en nuestro propósito y eso nos hace felices.
Así que la próxima vez que diga "8x4=28" ya saben a qué se debe. Manéjenlo.
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